Hemos aprendido muchas cosas a lo largo de los años. El valor de la amistad, a atarse bien los zapatos y sin hacer el truco ese del conejito, a pelearse, a pedir perdón, a saber diferenciar el bien del mal, a llorar, a entender que con cinco años no estamos preparados para el matrimonio, que las niñas y los niños también pueden llevarse muy bien, a respetar, a darse cuenta de que el dolor de caerse de la bicicleta no es el mismo dolor que el de un corazón roto. Y nosotras seguimos aprendiendo cosas cada día, juntas claro ¿Quién no ha tenido encontronazos de los gordos con el de toda la vida? Y es que llorar con cuatro años podía ser una tontería o no, pero estábamos para abrazarnos. Y si te das cuenta ahora pasa lo mismo, cada vez que llores sigo estando ahí, y sigo siendo un pilar para ti, por que al igual que te decía cuando teníamos cuatro años "las lagrimas son de tontos, y tu no lo eres": Por si no te diste cuenta es una indirecta, y la vida nos mandó muchas ¿la más importante? que después de doce años seguimos juntas para todo, y todo es todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario